Acostándote con Mefistófeles

Uno de los graves errores que Europa cometió fue convivir y hacer negocios con un dictador; la invasión a Crimea sería la primera alerta de lo que vendría posteriormente con Ucrania -los Sudetes 2.0 de nuestros tiempos-. Hacerse de la vista gorda con un gobierno corrupto a cambio de un precio ventajoso en el gas natural fue un cálculo equivocado que los germanos cometieron en primer término, seguidos por el resto de la Unión.

De la misma forma, empresarios de los Estados Unidos con la codicia privando sobre la ética, desde principios de los 70 decidieron que las utilidades estaban por encima de libertades y derechos laborales mudando las fábricas de Estados Unidos hacia China; sin importar las condiciones de ese país y su comportamiento con respecto a la propia gente, medio ambiente y códigos de conducta comerciales.

Lo que en un principio fueron ventajas comparativas, en realidad era una plataforma galvanizada con sueldos de miseria para engrosar temporalmente los bolsillos de unos pocos al otro lado del Pacífico.

Hoy, los asiáticos tienen acciones en las principales compañías occidentales sin permitir que el oeste haga lo propio con ellos; han copiado mejor que los japoneses los más importantes desarrollos tecnológicos con espionaje industrial, mientras, el resto europeo y estadounidense no puede competir por el hecho de pagar mejores sueldos y contar con mayor holgura -en el caso del Viejo Mundo- en las horas trabajadas. Esto tiene como consecuencia: habitantes miserables en sociedades industriales y no ciudadanos que cuenten con un marco legal para garantizar la defensa de sus derechos y libertades.

Tener relaciones simétricas entre democracias y dictaduras siempre será un mal negocio para la economía de un país libre; hace pocos años Nicaragua era la supuesta panacea para la inversión en Centroamérica, solo ocurrió que el régimen se sintiera amenazado en su poder para perseguir a opositores políticos y luego empresarios. El estado de derecho entendido como la protección que tiene una persona contra los abusos del gobierno es un valor que forzosamente debe estar sobre cualquier negocio; de lo contrario, a largo plazo, las externalidades siempre serán mayores para aquellas naciones que tengan pesos y contrapesos, a diferencia de las dictaduras con las cuales efectúen un negocio o proyecto. Es el equivalente de alguien legítimo haciendo negocios con un narco.

Donald Trump hizo una payasada brabucona -pero payasada al fin- en sus negociaciones con el gigante asiático, mientras su marca de ropa y el marchandising de la campaña electoral eran made in China.

No cabe duda que vivimos una época que podríamos calificar como un parteaguas para el orden mundial; la idiotez de la izquierda europea atacando el apoyo de la OTAN a Ucrania solo se paragona al ultra conservadurismo ignorante que paradójicamente coincide apoyando a Putín. La fascinación por las figuras autoritarias siempre será un escollo para aquellos espíritus libres que prefieren tomar sus propias decisiones y seguir su camino. 

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