Los anacronismos guatemaltecos como factor electoral

Uno de los grandes errores de análisis en el socialismo ortodoxo es la presunción de creerse tener el conocimiento absoluto del funcionamiento social; sobre todo, en las motivaciones que generan el actuar de los individuos. Esta “fatal arrogancia” como Hayek la describiría en su obra crítica hacia los planificadores económicos, lastimosamente no es exclusiva en la izquierda radical; presuntuosos y miopes analistas del comportamiento general en la extrema derecha abundan, sobre todo en estos lares, donde la ausencia de competencia atrae badulaques que en la tierra de los tulipanes podrían valer una décima de chelín y aquí, se constituyen en consultores de relumbrón, efectistas aduladores de fronterizos con plata, llegando al colmo de presentarse con poses de un modelo en las vallas de la Megapaca.

En la tierra de los genios que es Guatemala -fulano de tal es un genio de las finanzas, zutano es un genio del derecho, perencejo es un genio estratega, etc.- hemos constatado grandes sorpresas a nivel electoral; la maquinaria gubernamental y el derroche de dinero público que el evento significó, de nada sirvieron en la percepción de la gente; así mismo, candidatos que daban por descontado estar en la segunda vuelta, simplemente fueron desechados ante el hartazgo de la política tradicional que la población manifestó a través de los resultados en la urnas. La publicidad en redes, asesores extranjeros, infraestructura clientelar y cooptación en instituciones del Estado no hicieron mella ante la reserva del votante que, incluso, engañó a los encuestadores con tal de mantener en secreto su intención de voto. No interpretarlo así es de necios y, gritar fraude, es la única cantaleta que tienen los mismos promotores de la inicial adulteración en el proceso cuando dejaron fuera a candidatos como Cabrera, Pineda o Arzú.

Un cambio al estado actual de las cosas es -al parecer- lo que busca la gente, no siendo tan “mula” o ciegamente conservadora como pensaban los genios que asesoran al statu quo; no en balde la frase “la voz del pueblo es la voz de dios” se refiere a la sapiencia popular que podría interpretarse como ese “conocimiento disperso” que tiene cada integrante del cuerpo social y es descrito a través del sistema de precios regido por la oferta y demanda en la teoría económica.

Las causas del obligado exilio al que diariamente son enviados cientos de compatriotas para encontrar oportunidades inexistentes aquí, en alguna ocasión debían pasar factura; por su parte, los anacronismos que aún se viven en Guatemala hacen que en determinado momento la gente haga el ajuste con el mecanismo a mano -por fortuna ahora el sufragio y no la violencia-. Al mejor estilo de la antigua sociedad espartana, los iguales de miwate -gracias a privilegios adquiridos o chanchullos- tienen sometida a la gente con un régimen que les fuerza a huir hacia el norte; así ocurría con los ilotas, quienes pese a ser población autóctona en la tierra de Leonidas fueron reducidos a un estado de esclavitud por parte del grupo de dórica estirpe; algunos que lograban superarse por ciertos méritos llegaban a poseer el rango de neodamódeis o nuevos ciudadanos, los cuales alcanzaban la libertad y cierto status social sin llegar a ser como los iguales espartanos -es inevitable pensar en aquellos lambiscones que con tal de lograr aceptación incluso traicionan a su misma etnia o desposeído(a)s que defienden el sistema pese a ser miserables por razón del mismo-.

Cuando estalló la guerra civil ateniense a causa del conflicto con Esparta, la célebre polis de Pericles sucumbió ante la traición oligárquica que abatió el régimen democrático radical, la idea era lograr un modelo similar al lacedemonio -espartano-. El nefasto régimen de los 30 tiranos instaurado por Lisandro expulsó gran cantidad de ciudadanos a Samos, Egina, Eleusis y el Pireo; no importaba que se fueran, entre más se marchaban mejor; se trataba de organizar una república arcaica, que fuese la luz de Grecia, regida por los iguales a imagen y semejanza de Esparta. Al final, la gente misma los desterró a Eleusis y luego cuenta Jenofonte que acabó con ellos trágicamente.

Aquí, algunos “iguales” que subsisten en esa categoría gracias a la corrupción y el vergonzoso esquema exportador de guatemaltecos, no poseen un atisbo de la disciplina y menos el pundonor de los laconios; solo son acomodados que persiguen los privilegios del capitalismo de amiguetes –Crony Capitalism– y se mantienen debido al modelo financiero consumista -no productivo- de las remesas; para ello se valen de instituciones y sicofantes que se renuevan cada cierto tiempo al llegar el desgaste. No por accidente tenemos la competitividad más baja del continente.

En dos batallas Epaminondas acabó con la hegemonía espartana, su élite no consiguió adaptarse y Alejandro Magno posteriormente se encargaría de enterrar para siempre el poderío del Peloponeso. Las élites cuando no cambian están condenadas a desaparecer, es una situación de competencia y versatilidad; algo que nos ha ilustrado la historia infinidad de veces, pues esta “es un eterno presente” como escribiría Luca Baccolini; empero, muchos acá que como diría mi difunto compadre: “tienen atravesado un mojón en la silla turca” no terminan de entenderlo.

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