Conspiración, eterna compañera.

Cuando en la Ciudad de Dios san Agustín escribió que Trismegisto surgió en Egipto durante una época anterior a los filósofos griegos, mas no a Abraham, Isaac o Moisés; tomó de Clemente de Alejandría la absurda historia conspirativa del “hurto de los griegos” plasmada en los Stromata del pensador griego; según este disparate, serían los helenos quienes plagiaron de la Escritura sus doctrinas moralmente aceptables. Otros padres de la iglesia afirmaban que Platón había ido al medio oriente donde conoció la sabiduría mosaica para desarrollar sus ideas.

Si las pruebas históricas sobre la existencia de Cristo son un enigma, Moisés es tan mítico como Atlante; de hecho, en los tiempos que supuestamente vivió no existía la lengua hebrea. Su figura podría ser una leyenda surgida en el reinado de Akenatón quien se valió de la población judía para fundar Amarna. El primer monoteísmo registrado en la historia de la humanidad -el culto al disco solar- sería la simiente de la religión judaica.

Según Eusebio de Cesárea, san Justino escribió a Marco Aurelio la segunda apología a favor de los cristianos; ello le costaría la vida, pues el emperador lo condenó junto a otros seis mártires. Ello fue desmentido por Tertuliano, que, pese a ser un supuesto contemporáneo de Justino; en el Apologeticum se refirió al antonino como protector de los cristianos y nunca mencionó siquiera el nombre de Justino. Este personaje pudo ser un invento conspirativo de Eusebio o el epitomador Xifilino para legitimar la antigüedad y poder moral de la iglesia.

Cuando se puso de moda el Código da Vinci, un montón de idiotas empezaron a creer en el misticismo de los templarios y su custodia del santo Grial -la estirpe del mismísimo Jesucristo-. El priorato de Sión fue un fraude urdido en 1956 por Pierre Plantard; no obstante, hay quienes asocian los templarios a Hiram Abif, descrito como constructor del templo de Salomón y fundador de la masonería.

Las brujas de Salem, los Protocolos de los Sabios de Sión, la sustitución del verdadero Paul MacCartney por un impostor, el comunismo de Soros o la falsa muerte de Elvis; son algunas teorías de conspiración que acompañan a una porción de la humanidad cuyo pensamiento mágico es dispositivo difícil de remover con respecto a otros. Esto tiene que ver con la cultura y razonamiento binario vinculados a una interacción social uniforme.

Ahora es el turno de las vacunas, pues en una situación inédita las extremas derecha e izquierda se han unido para denunciar una trama transnacional adosada con el Apocalipsis de Juan.

Cuando finalmente la ciencia funciona y existe una alianza publico-privada global efectiva para combatir la pandemia, ocurre que un grupo de fronterizos gritan a los cuatro vientos ¡Conspiración!

Recientemente su actual gurú -Trump- dio un vuelco en el programa de O´Reilly dejándoles perdidos en un campo de lechugas al elogiar la eficiencia de las vacunas y jactarse de haber recibido la tercera dosis; ya empezaron a decir que lo compraron o amenazaron. ¡Mejor que llamen a Neo!

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