Llegó hace más de 40 años, procedente de su natal Wintetur en Suiza, Ueli vino como gerente de una transnacional gracias a sus magníficos resultados que logró en Colombia. En Guatemala hizo progresar la subsidiaria local debido a ese agudo análisis que pocos tienen para pronosticar el comportamiento de los mercados de commodities; ello, fue reconocido incluso por UBS cuando laboró en esa institución bancaria.
A Ueli se le requirió pagar mordidas por una licencia de exportación de café y declarar precios inferiores a los reales para evadir impuestos; inmediatamente viajó a Suiza para reportar la situación, encontrándose con la sorpresa que el CEO de la casa matriz estaba en contubernio con los funcionarios guatemaltecos. Al regresar para presentar su renuncia, fue sorprendido por hombres armados que le conminaron abandonar el país en 48 horas so pena de ser otro caso sin resolver de chapinlandia.
Ueli dejaba una hija guatemalteca y debió regresarse; sin embargo, denunció las prácticas de corrupción en la televisión suiza, se hizo una investigación y posteriormente –tras inútiles recursos de la compañía– por vez primera se presentó la corrupción de Guatemala en la Rundschau.
Contratado por la fundación Konrad Adenauer como consultor para liquidar a una Federación de productores de café en Guatemala, Gurtner regresó pese a los peligros; rápidamente entendió que era un proyecto rescatable y convenció a los alemanes de apoyar a Fedecocagua para salir de sus deudas, incluso prestó recursos propios para afrontar compromisos de pago urgentes que tenían. Cuando su consultoría terminó, el Consejo de la federación le propuso que fuera gerente general; fue la primera vez que un extranjero europeo era contratado por indígenas y ladinos de un estrato social considerado inferior en este anacrónico país.
Al frente de Fedecocagua, Ueli empezó cuando exportaban apenas 15,000 sacos de café, ahora su operación sobrepasa los 500,000 quintales a más de 20 países. Obviamente, esto no fue agradable para los exportadores tradicionales que no estaban habituados a la competencia, mucho menos de los considerados “washqueros” cooperativistas.
Ueli hizo una tenaz lucha para erradicar la devolución del IVA por café exportado cuando se buscaba aprobar la primera ley “Antievasión I” y ello destapó el gran negocio que significaba este absurdo proceso; luego, interpusimos sendas inconstitucionalidades para eliminar la obligatoriedad de pertenecer a la Anacafé que cobra el 1% a las exportaciones de café.
Por juicios de rendición de cuentas a los fondos públicos de la asociación, Fedecocagua fue involucrada en el caso Rosenberg y ahora, tras denunciar actos de corrupción como director de un banco del sistema contra exfuncionarios y funcionarios asociados con un adulterino de poca monta; Ueli guarda prisión preventiva.
La brújula moral que acompaña a este “suizo terco” –como le llamó un amigo y político– le mantiene incólume y sin doblarse en su cautiverio; una facultad que sus enemigos jamás tendrán. ¡De esta también saldremos hermano!
Gracias a Dios y al persistente trabajo de don Ulrich , las Cooperativas de pequeños caficultores de Guatemala hemos salido adelante , quizá por ser extranjero porque aquí unos a otros nos comemos Vivos, creo que el pecado más grande es que un Suizo haya hecho crecer tanto a FEDECOCAGUA. Y por ende a nosotros los pequeños caficultores, desgraciadamente en Guatemala los que imparten justicia no les interesa la superación del pueblo porque anteponen sus intereses personales. Adelante don Ulrich las Cooperativas de pequeños caficultores lo apoyamos, nuestro apoyo es incondicional, lamentablemente la historia se repite después de 2,000 años. Uno tiene que sufrir para el bien de muchos. Somos Cooperativa Agrícola San Pablo R. L
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Desconocía esta historia, pero realmente es admirable la posición del señor Ulrich.
Si alguien con ese tesón y esas agallas apoyara a los productores de arveja china, brócoli, ejotes, suchini, otra cosa sería esa actividad y mejoraría, notablemente, la calidad de vida de esos productores.
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