Falsarios

Uno de los libros más fascinantes que se ha escrito en la historia de la humanidad es sin duda La falsa donación de Constantino de Lorenzo Valla. Su nombre original fue De falso credita et ementita Constantini donatione declamatio lo que significa: Discurso sobre la donación de Constantino, contradicha y falsamente creída verdadera. Se trata de una obra escrita en 1440 por este filólogo y humanista romano que bajo la protección del rey Alfonso V de Aragón en Nápoles, ejerció el secretariado del monarca y tuvo la libertad de desarrollar todas sus dotes intelectuales. El manuscrito es un ensayo en forma de discurso en el que Valla demuestra desde dos puntos de vista –filológico e histórico– que el documento llamado La donación de Constantino era falso, pues estaba escrito en un latín barbarizado que surgió mucho tiempo después de la época constantiniana y detalles como el atuendo mencionado en el traspaso eran inexistentes.

La importancia del texto es enorme, debido a que la Iglesia católica justificaba todo su poder temporal basándose en dicho documento, el cual expresaba que toda la Europa occidental había sido entregada por el emperador al papa Silvestre cuando trasladó la capital del imperio hacia Bizancio.

Valla estimó que la socorrida donación había sido elaborada por la cancillería de la curia romana durante el siglo VIII de nuestra era y que su transcripción en un documento del emperador Graciano era fabricada, pues no aparecía en las versiones más antiguas de tal manuscrito.

La obra del humanista italiano fue publicada en 1517 por el protestante alemán Ulrich Von Hutten como una acción provocadora contra el papa León X durante los días de la Reforma. El libro es una joya histórica que es un verdadero anacronismo, pues el poder de la iglesia era muy grande y su publicación –algo impensable para la época– derruyó los cimientos que justificaban ese poder temporal en Europa occidental.

En la historia siempre hay falsarios que ocultan la verdad para que ciertos intereses prevalezcan, los casos son innumerables. Recientemente se determinó que las famosas cartas 96 y 97 de Plinio el joven –una de las escasas pruebas sobre la existencia del cristianismo a finales del siglo I de nuestra era– se trató de una interpolación, pues su inclusión en el libro X del escritor de Como, no corresponde al estilo y tono de los nueve anteriores.

Tucídides que fue llamado por Luciano de Samosata El legislador de la historia ocultó deliberadamente las verdaderas causas que ocasionaron la destrucción de Milo por parte de los atenienses. El legendario historiador veló la defección de la alianza por parte de los habitantes de la isla –al no querer pagar el tributo anual– y colocó en una luz muy tenue las razones de los griegos.

Los falsarios se encuentran en todas las épocas de la humanidad, a veces son instrumentos del poder y otras lo ejercen directamente para disfrazar abusos y crímenes. Aquí abundan más que los zopes y por ello tenemos un país tan confundido en su interpretación de la realidad. El tema vino a mi mente por el caso Bitkov, del cual se busca montar una guerra fría tropical 2.0 con Vladimir Putin utilizando a la CICIG, un despropósito absurdo que terminará en un boomerang; no obstante, en la tierra donde la mentalidad medieval convive con el iPod, todo es posible, al punto que ya se fabricó un incidente político internacional y algunos tienen sueños de opio con Morales enfrentándose a la KGB para que Mr. Trump diga: Great! That’s my man!

No hay que ser genio para determinar el verdadero motivo de todo esto…

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