Las rupturas del orden establecido tienen éxito cuando existe el famoso “momentum” nunca antes; César cruza el Rubicón consciente de la erosión política que sufría un Senado caracterizado por la corrupción y privilegios, los Gracos habían sembrado la semilla del descontento y el “momentum”llegó con un siglo de retraso.
En “El imperio de la Habana” Enrique Cirules describe la sociedad corrupta de Batista que redundó en la revolución del 59. El “momentum” no existía durante el asalto al cuartel Moncada, fue años después.
Lo que en Guatemala ocurre se debe a un plan de desmantelamiento institucional del Estado que inició con el gobierno de Jimmy Morales, quien a diferencia del cálculo político que poseía Otto Pérez, fue osado gracias a su ignorancia y antepuso el interés personal sobre la lucha contra la corrupción.
La táctica de ideologizar ese combate rindió frutos, sobre todo en las élites, las cuales, a diferencia de la masa seguidora de Trump en la América blanca; no pueden escudarse en la ignorancia, convalidando con ello la abismal diferencia entre instrucción, cultura y virtud.
El desgaste del Congreso es enorme y ha arrastrado a parte del Ejecutivo, cuando se pidió vetar el presupuesto, la justificación prudente hubiese sido el hecho de no haberlo recibido para su análisis -se supone que el documento aún no ha llegado oficialmente-.
La represión de la manifestación pacífica es totalmente condenable y las sospechas de un acto deliberado en el incendio del Congreso pueden tornarse en un problema insostenible para el recién estrenado ministro de Gobernación.
Circula información sobre un plan urdido para defenestrar al presidente, ello habría surgido en el seno de la directiva del legislativo y el objetivo sería destituir al binomio presidencial en beneficio de Allan Rodríguez -al parecer tiene ambiciones políticas que trascienden su cargo actual-.
No obstante, el “momentum” no es el de 2015 por mucho que se busque forzarlo; el planteamiento del vicepresidente fue apresurado y creo le ha colocado innecesariamente en una posición muy incómoda: pide irse y después se queda. Machiavelli afirmaba que en un conflicto siempre debes definirte, de lo contrario, tanto el perdedor como el vencedor no te respetarán.
La ruptura del orden constitucional no es un asunto negociable, al mandatario lo eligieron por 4 años y ostenta la primera magistratura de la nación gracias a la institución democrática del sufragio; la mejora y surgimiento de nuevos mecanismos para fiscalizar el gasto público deben ser un eje primordial en la agenda nacional.
La crisis generada por la clase política del Congreso en el contexto de dos huracanes y el COVID-19 fue percibida como un acto deplorable; de ahí que la indignación no se hizo esperar.
En el Ejecutivo parece que lo comprendieron y por dicha razón se convocó a entidades de la sociedad civil para analizar el proyecto presupuestario. Los hechos del fin de semana son una seria advertencia para evitar ese preciso “momentum”.
Mi solidaridad con Julia Corado ante las cobardes amenazas contra su vida.